Manon Lescaut
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Manon Lescaut – Giacomo Puccini
Dramma lirico en cuatro actos.
Libreto de Domenico Oliva y Luigi Illica con intervenciones de Marco Praga, Ruggero Leoncavallo, Giacomo Puccini, Giulio Ricordi y Giuseppe Adami, basado en la obra L’histoire du chevalier des Grieux et de Manon Lescaut de Antoine François Prévost.
Duración aproximada: 3 horas
Una puesta en escena de Àlex Ollé con origen en la Ópera de Frankfurt
Manon Lescaut, ópera en cuatro actos estrenada en 1893 en el Teatro Regio de Turín, está basada en la obra L’histoire du chevalier des Grieux et Manon Lescaut (1731), del abad Prévost, que también fue la inspiración para la ópera Manon, de Jules Massenet. “Manon es una heroína en la que creo y, por lo tanto, no puede dejar de ganarse el corazón del público. ¿Por qué no pueden existir dos óperas sobre Manon? Una mujer como Manon puede tener más de un amante”, escribía el propio Puccini a su editor.
Manon Lescaut fue su tercera ópera y la que representó su primer gran éxito. Le otorgó una fama duradera y marcó el comienzo de una fructífera colaboración con los libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, con quienes escribiría tres obras maestras: La bohème (1896), Tosca (1900) y Madama Butterfly (1904).
Cuando Manon conoce al joven estudiante Des Grieux, se enamoran y huyen juntos, pero cuando el anciano Geronte le ofrece a Manon una vida de riqueza y lujo, ella se detiene y elige esa vida de placeres. Sin poder olvidar a Des Grieux, intentan escapar juntos, pero antes de que puedan huir, Geronte hace arrestar a Manon. Escapan nuevamente, sin saberlo, hacia el infierno. Manon colapsa de agotamiento y muere en los brazos de Des Grieux mientras le dice que lo ama. Todos los esfuerzos han sido en vano.
La partitura, suntuosa y rica en colores, se caracteriza por su vitalidad juvenil y está llena de melodías gloriosas: desde el apasionado dúo de Des Grieux y Manon “Vedete? io son fedele” hasta la desoladora ária final de Manon “Sola, perduta, abbandonata”, pasando por “Donna non vidi mai” del acto I o “In quelle trine morbide” del acto II.
La puesta en escena de Àlex Ollé tiene su origen en la Ópera de Frankfurt. En la introducción previa, unos vídeos nos muestran a Manon y a su hermano Lescaut cruzando una valla fronteriza como inmigrantes ilegales. El acoso que ella sufre por su belleza y atractivo físico desembocará en abuso y explotación. Con el vestuario urbano de Lluc Castells y la escenografía de Alfons Flores, Ollé traslada a estos personajes inflamados de amor y dudas entre la virtud y los placeres por una estación de autobuses, un club de bailarinas de pole dance donde Manon es la estrella, o celdas claustrofóbicas como antesala de la deportación. La constante presencia de grandes letras con la palabra LOVE recuerda esta pasión amorosa imprevisible como hilo conductor de la ópera.
Asmik Grigorian, una de las mejores sopranos de la actualidad, será la protagonista ofreciendo una gran interpretación vocal y escénica. Inocente y vulnerable, la Manon que Ollé dibuja para Grigorian expresa, junto con el tenor estadounidense Joshua Guerrero, frivolidad y pasión firme con intensidad. Un auténtico broche de oro en la temporada del Gran Teatre del Liceu.
Programa y reparto
Manon Lescaut - Asmik Grigorian
Lescaut - Joshua Guerrero
Renato Des Grieux - Iurii Samoilov
Geronte di Ravoir - Donato Di Stefano
Edmondo - Filip Filipović
El maestro de danza - Álvaro Diana
Un músico - Carmen Artaza
Dirección de escena - Àlex Ollé
Diseño de escenografía - Alfons Flores
Diseño de vestuario - Lluc Castells
Diseño de iluminación - Joachim Klein
Videoartista - Emmanuel Carlier
Producción - Städtische Bühnen Frankfurt Am Main
Coro del Gran Teatre del Liceu
Director: Pablo Assante
Orquestra Simfònica del Gran Teatre del Liceu
Director: Josep Pons
Gran Teatre del Liceu
El Gran Teatre del Liceu, creado en 1847 en la Rambla de Barcelona, es un teatro de ópera que a lo largo de los años ha mantenido su función de centro cultural y artístico. Es uno de los símbolos de la ciudad.
Actualmente es un teatro de titularidad pública (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona, Diputación de Barcelona y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) administrado por la Fundación del Gran Teatre del Liceu, que incorpora, además de las citadas instituciones, el Consejo de Mecenazgo y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu.
Los orígenes. Del 1837 al 1847
El Liceu tiene su origen en la Sociedad Dramática de Aficionados, creada en 1837 en el antiguo Convento de Montsió por unos miembros de la Milicia Nacional, organización de ciudadanos armados de la época de signo liberal, bajo la iniciativa de Manuel Gibert.
La necesidad de crear un conservatorio de música en una Barcelona en plena expansión económica y demográfica pronto propició (1838) su conversión en el Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de S. M. la Reina Isabel II, que añadía al cultivo del teatro el del canto y la música a la italiana.
El edificio de la Rambla
El éxito del Liceo Filarmónico, junto con la voluntad de un grupo de destacados miembros de la burguesía barcelonesa dirigido por Joaquim de Gispert i d’Anglí, llevaron a la construcción de un nuevo y ambicioso teatro, digno de la importancia de la ciudad, que ha perdurado a lo largo de más de un siglo y medio, en el solar del antiguo Convento de los trinitarios de la Rambla.
El primer edificio, inaugurado solemnemente el 4 de abril de 1847, fue construido según los planos del arquitecto Miquel Garriga i Roca, pronto ayudado por Josep Oriol Mestres. El proyecto se financió mediante acciones mercantiles —que comportaban la propiedad privada de buena parte de los palcos y las butacas del futuro teatro— que dieron lugar a la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, llamada «Sociedad de Propietarios», la cual, desde 1855, se convirtió en responsable única del Gran Teatre del Liceu al separarse jurídicamente del Conservatorio del Liceu.
La explotación del Teatro fue confiada desde un principio a empresas concesionarias de los espectáculos, que tenían la obligación de ofrecer un número determinado de representaciones, recibiendo, a cambio, los ingresos por la venta de las localidades no adscritas a la Sociedad.
Esta situación perduró hasta 1980.
La creación del Consorcio
El régimen económico que regía el Liceu se mostró inviable a partir del último cuarto del siglo XX. En 1980, el primer gobierno de la Generalitat de Catalunya, ante el peligro de desaparición de una institución del prestigio cultural internacional del Liceu, crea, junto con el Ayuntamiento de Barcelona y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, a las que se sumarían posteriormente la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Cultura (1985 y 1986), el Consorcio del Gran Teatre del Liceu, que se hizo cargo de su gestión y explotación.
El incendio de 1994 y la construcción del edificio actual
El incendio del 31 de enero de 1994, que destruyó la sala y el escenario, causó un impacto emocional extraordinario en la sociedad catalana y replanteó de modo radical la propia existencia del Teatro. A fin de poder reconstruir, mejorar y ampliar este emblemático edificio, se hizo necesario un nuevo enfoque jurídico con miras a su titularidad pública: se creó la Fundación del Gran Teatre del Liceu (1994), y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu hizo la cesión de la propiedad al Consorci del Gran Teatre del Liceu, integrado exclusivamente por las administraciones públicas (cesión ratificada en 1997).
A partir del preexistente proyecto de Reforma y Ampliación de Ignasi de Solà-Morales (de 1986, al que se sumaron en 1988 Xavier Fabré y Lluís Dilmé), se realizó la reconstrucción, y el nuevo Liceu —con una apariencia fiel al anterior pero dotado de una infraestructura técnica muy avanzada y ampliado con los solares vecinos de la Rambla, calle Sant Pau y calle Unió — abrió sus puertas el 7 de octubre de 1999.