Sémiramis / Don Juan - Ballet du Capitole de Toulouse

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El mundo sensible y matizado de la música de Gluck

 

En una coproducción entre Toulouse y el Liceu, ideada por Jordi Savall, el Ballet du Capitole de Toulouse vuelve al escenario del Gran Teatre del Liceu para recrear, a través del movimiento, el mundo sensible y matizado de la música de Gluck.

 

El aclamado coreógrafo Edward Clug dirige la compañía para darle color a estas impresionantes partituras.

 

Nacida en Rumanía (Beius, 1973), Clug escapó de la represión comunista del dictador Nicolae Ceaușescu matriculándose en una escuela de danza. Convertido en solista en el Teatro Dramático Nacional de Maribor (Eslovenia), creó su primera coreografía en 1996.

 

Ya nombrado director de la compañía de ballet, ha creado coreografías para las compañías más prestigiosas del mundo: Ballet de Zurich, Ballet Real de Flandes, Aalto Ballet Essen, Ballet Nacional de Ucrania y NDT, entre otras. Jordi Savall, el viola da gamba más prestigioso y uno de los directores que ha revolucionado la interpretación de la música, hace tiempo que desea incursionar en el mundo de la danza utilizando la música que Gluck escribió para su Don Juan.

 

Escrito un año antes de Orfeo ed Euridice, el compositor renovó el ballet adaptando una obra de Molière al público vienés en 1761. Al año siguiente produjo Sémiramis. Estas dos obras son innovadoras porque ofrecen, por primera vez, una narrativa coherente donde todos los recursos de la orquesta se ponen al servicio de la expresividad. Jordi Savall y Le Concert des Nations, Edward Clug y el Ballet du Capitole de Toulouse combinan sus energías para revivir todos los colores de estas partituras y recordarnos que, un cuarto de siglo antes de Mozart, otra figura distinguida adornaba los escenarios de Europa con todo el poder evocador que la música puede alcanzar: C. W. Gluck.

 

Sémiramis

Libreto de Voltaire y coreografía original de Gasparo Angiolini.

Estreno mundial: 30/01/1765 en el K.K. Theatre an der Burg de Viena.

Estreno en el Gran Teatre del Liceu.

 

Don Juan

Libreto de Ranieri de’ Calzabigi basado en la obra de Molière Dom Juan ou le Festin de pierre (1665) y coreografía original de Gasparo Angiolini.

Estreno mundial: 17/10/1761 en el Theatre am Kärntnertor de Viena.

Estreno en el Gran Teatre del Liceu.

Programa y reparto

Duración aproximada - 1h 40min

 

Sémiramis

COREOGRAFIA: Ángel Rodríguez

ESCENOGRAFIA: Curt Allen Wilmer i Leticia Ganan

VESTUARI: Rosa Ana Chanza

IL·LUMINACIÓ: Nicolas Fischtel

 

Don Juan

COREOGRAFIA: Edward Clug

ESCENOGRAFIA: Marko Japelj

VESTUARI: Leo Kulas

IL·LUMINACIÓ: Tomaz Premzl

LE CONCERT DES NATIONS

DIRECTOR: Jordi Savall

Gran Teatre del Liceu

El Gran Teatre del Liceu, creado en 1847 en la Rambla de Barcelona, es un teatro de ópera que a lo largo de los años ha mantenido su función de centro cultural y artístico. Es uno de los símbolos de la ciudad.

Actualmente es un teatro de titularidad pública (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona, Diputación de Barcelona y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) administrado por la Fundación del Gran Teatre del Liceu, que incorpora, además de las citadas instituciones, el Consejo de Mecenazgo y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu.

Los orígenes. Del 1837 al 1847

El Liceu tiene su origen en la Sociedad Dramática de Aficionados, creada en 1837 en el antiguo Convento de Montsió por unos miembros de la Milicia Nacional, organización de ciudadanos armados de la época de signo liberal, bajo la iniciativa de Manuel Gibert.
La necesidad de crear un conservatorio de música en una Barcelona en plena expansión económica y demográfica pronto propició (1838) su conversión en el Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de S. M. la Reina Isabel II, que añadía al cultivo del teatro el del canto y la música a la italiana.
 

El edificio de la Rambla

El éxito del Liceo Filarmónico, junto con la voluntad de un grupo de destacados miembros de la burguesía barcelonesa dirigido por Joaquim de Gispert i d’Anglí, llevaron a la construcción de un nuevo y ambicioso teatro, digno de la importancia de la ciudad, que ha perdurado a lo largo de más de un siglo y medio, en el solar del antiguo Convento de los trinitarios de la Rambla.
El primer edificio, inaugurado solemnemente el 4 de abril de 1847, fue construido según los planos del arquitecto Miquel Garriga i Roca, pronto ayudado por Josep Oriol Mestres. El proyecto se financió mediante acciones mercantiles —que comportaban la propiedad privada de buena parte de los palcos y las butacas del futuro teatro— que dieron lugar a la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, llamada «Sociedad de Propietarios», la cual, desde 1855, se convirtió en responsable única del Gran Teatre del Liceu al separarse jurídicamente del Conservatorio del Liceu.
La explotación del Teatro fue confiada desde un principio a empresas concesionarias de los espectáculos, que tenían la obligación de ofrecer un número determinado de representaciones, recibiendo, a cambio, los ingresos por la venta de las localidades no adscritas a la Sociedad.
Esta situación perduró hasta 1980.
 

La creación del Consorcio

El régimen económico que regía el Liceu se mostró inviable a partir del último cuarto del siglo XX. En 1980, el primer gobierno de la Generalitat de Catalunya, ante el peligro de desaparición de una institución del prestigio cultural internacional del Liceu, crea, junto con el Ayuntamiento de Barcelona y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, a las que se sumarían posteriormente la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Cultura (1985 y 1986), el Consorcio del Gran Teatre del Liceu, que se hizo cargo de su gestión y explotación.
 

El incendio de 1994 y la construcción del edificio actual

El incendio del 31 de enero de 1994, que destruyó la sala y el escenario, causó un impacto emocional extraordinario en la sociedad catalana y replanteó de modo radical la propia existencia del Teatro. A fin de poder reconstruir, mejorar y ampliar este emblemático edificio, se hizo necesario un nuevo enfoque jurídico con miras a su titularidad pública: se creó la Fundación del Gran Teatre del Liceu (1994), y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu hizo la cesión de la propiedad al Consorci del Gran Teatre del Liceu, integrado exclusivamente por las administraciones públicas  (cesión ratificada en 1997).
A partir del preexistente proyecto de Reforma y Ampliación de Ignasi de Solà-Morales (de 1986, al que se sumaron en 1988 Xavier Fabré y Lluís Dilmé), se realizó la reconstrucción, y el nuevo Liceu —con una apariencia fiel al anterior pero dotado de una infraestructura técnica muy avanzada y ampliado con los solares vecinos de la Rambla, calle Sant Pau y calle Unió — abrió sus puertas el 7 de octubre de 1999.

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