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Universo Mahler: Sinfonía n.º 9 | 31 Marzo 2026 - 19:30

 

Ciclo Sinfónico de la Orquesta del Gran Teatre del Liceu

El maestro Josep Pons, al frente de la orquesta del teatro, desgranará los misterios de la última sinfonía de Gustav Mahler (Kaliste, Bohemia, 1860 - Viena, 1911): la Novena. Estrenada póstumamente, recoge las esencias del mundo: desde la sutileza sobrecogedora hasta la elocuencia más expansiva. Una gran oportunidad para dejarnos seducir por un gran mahlereano como Pons.

 

Gustav Mahler tenía muy presente la muerte cuando escribía su Sinfonía n.º 9: su hija Maria, de cuatro años, había fallecido en 1907 y él no soportaba ni mencionar su nombre. La familia decidió mudarse a Toblach (Tirol, en la frontera austro-italiana) en busca de un nuevo lugar donde pasar las vacaciones de verano, huyendo de los recuerdos. Fue precisamente en este lugar donde escribió Das Lied von der Erde (1908), la Novena (1909) y los fragmentos de la Décima (1910).

Ese mismo año le diagnosticaron una cardiopatía que lo llevaría a la muerte cuatro años más tarde. Ya no podría caminar ni hacer esfuerzos físicos por la montaña, ni tampoco disfrutar de la naturaleza como antes. Esta frustración hizo que se aislara en su cabaña de composición y, con pesimismo ante una vida cuyo final ya se acercaba, comenzó a escribir la Novena. Esta sinfonía, por lo tanto, está marcada por la preocupación por su muerte y un desánimo general sobre la vida.

 

Alban Berg escribió a su esposa en 1912: “El primer movimiento es el Mahler más grande que jamás se haya compuesto. Es la expresión de un gran amor por esta tierra, el anhelo de vivir en ella pacíficamente y de disfrutar de la naturaleza en sus más profundas dimensiones, antes de que llegue la muerte. Porque la muerte es inevitable. Todo este movimiento está dominado por el presentimiento de la muerte (...). Es la culminación de todo en la tierra y de los sueños”.

Gustav Mahler es uno de los compositores que mejor reflejan las angustias de la sociedad actual. De alguna manera, cada una de sus nueve sinfonías encierra un auténtico —e impresionante— mundo.

 

 

Univers Mahler: Sinfonía n.º 8 'de los mil' | 24 Julio 2026 - 19:30

 

Una velada en la que agradeceremos a Josep Pons sus 14 años de dedicación y entrega al Liceu.

En 1906, Gustav Mahler describía su Octava Sinfonía como su creación más ambiciosa de todo su catálogo anterior en contenido y forma. Según Mahler, la sinfonía se le reveló como una visión fulgurante, con una estructura única: desde el principio hasta el final, todo es cantado, con las voces humanas como instrumentos esenciales. La obra fusiona dos textos dispares en idiomas diferentes: el himno medieval Veni creator spiritus y la escena final del Fausto de Goethe, que explora y expresa una idea común de la redención por gracia del amor.

 

El reto de dar vida a una Octava supera el de cualquier otra obra sinfónica. Josep Pons, después de estos años al frente de la orquesta y el coro del Gran Teatre del Liceu, pone el punto final a este magnífico episodio musical, tras transformar las formaciones y dejando un sello propio. Esta sobrecogedora Sinfonía de los mil, una de las grandísimas obras de todos los tiempos, será un emocionante colofón a esta historia de amor. ¡Gracias, Josep!

Programa y reparto

31 de marzo de 2026 - 19:30
Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu
Director: Josep Pons

 

24 de julio de 2026 - 19:30
Magna Peccatrix – Elisabeth Teige
Poenitentium – Jacquelyn Stucker
Mater Gloriosa – Serena Sáenz
Mulier Samaritana – Beth Taylor
Maria Aegiptiaca – Mijoko Fujimura
Doctor Marianus – Michael Spyres
Pater Ecstaticus – Nicholas Brownlee
Pater Profundus – Albert Dohmen

 

Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu – Josep Pons
Coro del Gran Teatre del Liceu – Pablo Assante
Coro Nacional de España – Miguel Ángel García Cañamero
Coro Polifónico de Puig-reig – Emmanuel Niubò

Gran Teatre del Liceu

El Gran Teatre del Liceu, creado en 1847 en la Rambla de Barcelona, es un teatro de ópera que a lo largo de los años ha mantenido su función de centro cultural y artístico. Es uno de los símbolos de la ciudad.

Actualmente es un teatro de titularidad pública (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona, Diputación de Barcelona y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) administrado por la Fundación del Gran Teatre del Liceu, que incorpora, además de las citadas instituciones, el Consejo de Mecenazgo y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu.

Los orígenes. Del 1837 al 1847

El Liceu tiene su origen en la Sociedad Dramática de Aficionados, creada en 1837 en el antiguo Convento de Montsió por unos miembros de la Milicia Nacional, organización de ciudadanos armados de la época de signo liberal, bajo la iniciativa de Manuel Gibert.
La necesidad de crear un conservatorio de música en una Barcelona en plena expansión económica y demográfica pronto propició (1838) su conversión en el Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de S. M. la Reina Isabel II, que añadía al cultivo del teatro el del canto y la música a la italiana.
 

El edificio de la Rambla

El éxito del Liceo Filarmónico, junto con la voluntad de un grupo de destacados miembros de la burguesía barcelonesa dirigido por Joaquim de Gispert i d’Anglí, llevaron a la construcción de un nuevo y ambicioso teatro, digno de la importancia de la ciudad, que ha perdurado a lo largo de más de un siglo y medio, en el solar del antiguo Convento de los trinitarios de la Rambla.
El primer edificio, inaugurado solemnemente el 4 de abril de 1847, fue construido según los planos del arquitecto Miquel Garriga i Roca, pronto ayudado por Josep Oriol Mestres. El proyecto se financió mediante acciones mercantiles —que comportaban la propiedad privada de buena parte de los palcos y las butacas del futuro teatro— que dieron lugar a la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, llamada «Sociedad de Propietarios», la cual, desde 1855, se convirtió en responsable única del Gran Teatre del Liceu al separarse jurídicamente del Conservatorio del Liceu.
La explotación del Teatro fue confiada desde un principio a empresas concesionarias de los espectáculos, que tenían la obligación de ofrecer un número determinado de representaciones, recibiendo, a cambio, los ingresos por la venta de las localidades no adscritas a la Sociedad.
Esta situación perduró hasta 1980.
 

La creación del Consorcio

El régimen económico que regía el Liceu se mostró inviable a partir del último cuarto del siglo XX. En 1980, el primer gobierno de la Generalitat de Catalunya, ante el peligro de desaparición de una institución del prestigio cultural internacional del Liceu, crea, junto con el Ayuntamiento de Barcelona y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, a las que se sumarían posteriormente la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Cultura (1985 y 1986), el Consorcio del Gran Teatre del Liceu, que se hizo cargo de su gestión y explotación.
 

El incendio de 1994 y la construcción del edificio actual

El incendio del 31 de enero de 1994, que destruyó la sala y el escenario, causó un impacto emocional extraordinario en la sociedad catalana y replanteó de modo radical la propia existencia del Teatro. A fin de poder reconstruir, mejorar y ampliar este emblemático edificio, se hizo necesario un nuevo enfoque jurídico con miras a su titularidad pública: se creó la Fundación del Gran Teatre del Liceu (1994), y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu hizo la cesión de la propiedad al Consorci del Gran Teatre del Liceu, integrado exclusivamente por las administraciones públicas  (cesión ratificada en 1997).
A partir del preexistente proyecto de Reforma y Ampliación de Ignasi de Solà-Morales (de 1986, al que se sumaron en 1988 Xavier Fabré y Lluís Dilmé), se realizó la reconstrucción, y el nuevo Liceu —con una apariencia fiel al anterior pero dotado de una infraestructura técnica muy avanzada y ampliado con los solares vecinos de la Rambla, calle Sant Pau y calle Unió — abrió sus puertas el 7 de octubre de 1999.

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